martes, 26 de enero de 2010

El Joven que no respeta a sus padres no es de Dios

Quizás tú, joven, vives en una familia sin estructura. No obstante es común hoy en día en hogares en donde haya discordias, bebidas, vicios, traición, violencia, agresión, irrespeto o abuso. Tal vez entonces te preguntes: “¿Cómo puedo respetar y ser bueno en un ambiente así?”

La verdad es que infelizmente no todos los jóvenes tienen una familia que les pueda servir de buen ejemplo.

Pero, eso no les da el derecho de decir o pensar:”Mi padre es un delincuente, entonces también voy a ser un delincuente.” Aunque seas joven, tú recibiste de Dios una conciencia para discernir entre lo bueno y lo malo.
Además la Palabra de Dios es bien clara con respecto a eso. Hombres del pasado que fueron pésimos ejemplos para sus hijos, no siempre fueron imitados por éstos, en su maldad.

Fue el caso del rey Ezequias. Su padre el rey Acaz, fue un hombre con mal carácter, e hizo todo lo que desagradaba a Dios.

Pero Ezequias no siguió su ejemplo, antes de hacerlo, se reflejó en David, el mayor rey de la historia de Israel: “Comenzó a reinar Ezequias siendo de veinticinco años… E hizo lo recto ante los ojos del Señor, conforme a todas las cosas que había hecho David su padre.” (2º Crónicas 29:1-2).

Entonces, no tuviste el privilegio de tener una buena familia, pero la elección entre seguir el bien o el mal te pertenece a ti, y el tener una mala familia no justifica tu mala conducta.

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