martes, 2 de febrero de 2010

Los pensamientos, miedos y preucupaciones


Como ya dijimos, el joven es un pozo de energía listo para ser utilizado.

Sabiendo eso, el diablo intenta de cualquier forma dominar o apoderarse de esa energía para usarla en sus propios deseos satánicos.

Y una de las formas más eficaces que el diablo encuentra para hacerlo, es trabajando en la mente del joven.

INFLUENCIADOR X INFLUENCIADO
Existe el joven influenciador, o sea, aquel que tiene el poder de influenciar a los que están a su alrededor. Y casi siempre, el mundo da importancia al mal influenciador y no al bueno.

Así, vemos hoy en día la mayoría de los jóvenes artistas llevando un mensaje destructivo a través de la música, de películas y novelas, etc., incentivando a sus admiradores a la prostitución, a los vicios, al sexo deliberado, a la rebeldía hacia los padres y a toda clase de males.

¿Hay alguna importancia para aquel o aquella joven que se aplica en los estudios, que respeta a sus padres, que guarda su pureza y practica una vida saludable? Claro que no. Al contrario, a estos les dicen “tontos”, “bobos”, “que no saben aprovechar la vida”, etc. En esto vemos una estrategia diabólica.

Con toda esa presión, entonces solo le queda al más débil e inocente, o influenciado, seguir en este camino y tratar de ser igual a los demás.

Se da inicio a una verdadera batalla en la mente del adolescente: “¿Será que soy homosexual?”, “¿será que soy atractivo?“,”creo que a nadie le gusto”, “nunca voy a tener un novio”, “nadie me entiende”, “creo que sería mejor si yo muriera”, “soy un burro, nunca aprendo nada, nunca voy a ser alguien”,”¿de qué me voy a graduar?“, “¿cuál es la carrera que debo seguir?”, “¿cómo será mi primera experiencia sexual?”, “Voy a dejar los estudios” (y cosas como de ese tipo).

Esa situación es llamada por la psicología “crisis de identidad”. Pero quien es de Dios sabe que esto es el resultado de la presión ejercida por el diablo en la mente del joven, con el propósito de hacerlo escoger el camino errado.

Cuestiones como estas son capaces de dejar al adolescente confuso, deprimido y desorientado. Pero es preciso que entiendas lo siguiente:

1. Tú no eres el único: La adolescencia en si es un período de transición, y todos los adolescentes, sea en mayor o menor escala, tienen sus miedos y preocupaciones.

2. No te dejes influenciar: No seas como el piojo que anda por la cabeza de los otros. Ten personalidad para decidir lo que es mejor para ti.

3. No vayas precipitadamente: Muchos adultos hoy lloran amargamente una decisión que tomaron sin pensar en la juventud. Si, cuando eran jóvenes, hubiesen tenido la mentalidad que tienen hoy, jamás hubiesen dejado de estudiar o jamás se hubiesen entregado sexualmente antes del matrimonio, etc.

4. Busca ayuda: En quien puede ayudarte, obviamente. Tu primera opción debe ser tu papá o tu mamá. Si no encuentras apoyo, no vayas contando tus problemas a cualquiera. El pastor o el colaborador, de la Iglesia Universal, tendrá placer en ayudarte. En el caso de la muchacha, puede buscar a la esposa del pastor para que ella la aconseje.

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