¿Dónde ocurren los más graves accidentes de tránsito? ¡En los cruces! Sí, cuando un motorizado se acerca a un cruce, las posibilidades de tener un accidente son múltiples. Vehículos viniendo en todas las direcciones, señales de tránsito, peatones atravesando la calle, etc. Un pequeño descuido y su vida y la de otros está en peligro.
Así es en la adolescencia, una encrucijada, un período de tránsito, entre la infancia y la fase adulta.
Es por eso que el joven se comporta algunas veces como adulto, y otras como niño. Es un período de autoafirmación, o sea, en el que él está descubriéndose a sí mismo y siente la necesidad de mostrarles a otros su identidad. Y muchas veces es llevado al extremo en sus actitudes, por su gran necesidad de autoafirmación.
De allí es común ver a adolescentes fumando o bebiendo, y tratando de hacer cosas que puedan dar al mundo que está a su alrededor mensajes como: “Vean lo que soy, lo que estoy haciendo”, este tipo de comportamientos es muy perjudicial.
Es por eso que tú, joven de Dios, debes dar un paso al frente de los demás y reconocer que tu vida es extremadamente importante. Todo aquello que te envuelve en este momento tiene una gran influencia en todo lo que eres y haces.
Tú eres el blanco de muchas cosas. ¿Ya te diste cuenta que casi todos los periódicos, revistas, y canales de TV, tienen un tema o programa dirigido especialmente a ti?
¿Ya notaste como en muchos de los anuncios y propagandas hay un llamado muy especial para alcanzarte?
¿Por qué pasa eso? Porque tu eres explotado por tu vulnerabilidad, esto es, por la facilidad que tienes de atender a esos llamados.
Porque el joven, en general, no quiere ser diferente a sus compañeros. Quiere sentirse “en la onda”, como los demás. Quiere vestir aquella ropa que está a la moda, usar los zapatos que están de moda, cantar la música del momento y ver aquella película de la que todos comentan. Es por eso que es un blanco: Todos quieren llegar hasta él, cautivarlo y hacerlo seguir un determinado camino.
Es por eso que el traficante de drogas, busca ganarse la simpatía del adolescente, para convertirlo después en un dependiente. Entonces amigo lector, podemos imaginar al adolescente como una oveja solitaria, perdida entre lobos hambrientos. Cada uno queriendo un pedazo.
Pero, ¿qué es lo que tiene de valioso el joven para que haya una disputa para alcanzarlo?
El apóstol Juan ya lo sabía: “Os he escrito a vosotros, jóvenes, porque sois fuertes…” (1º Juan 2:14) ¡Exactamente eso! ¿Y quién está interesado en esa fuerza? El diablo, obviamente. Pero Dios está mucho más interesado, en que jóvenes de ambos sexos estén disponibles en sus manos. ¡Para que Él pueda utilizar esa fuerza y energía en favor de Su obra!
lunes, 17 de agosto de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario